Eclesiastés 3
3.1-5.20 Lo que quiere decir Salomón en esta sección: es que Dios tiene un plan para todas las personas. Por lo tanto, proporciona ciclos de vida y trabajo para que lo realicemos. A pesar de que nos enfrentamos con muchos problemas que parecen contradecir los planes de Dios, estos no deben ser obstáculos para creer en El, sino más bien oportunidades para descubrir que, sin Dios, los problemas de la vida no ofrecen soluciones duraderas.
3.1-8 Ser oportuno es importante. Todas las experiencias enumeradas en estos versículos son oportunas en ciertos momentos. El secreto de estar en paz con Dios es descubrir, aceptar y apreciar el momento perfecto según El. El peligro es dudar o resentirnos por el sentido de oportunidad de Dios. Esto puede conducirnos a la desesperación, a la rebelión o a seguir adelante sin su consejo.
3.8 ¿Cuándo es tiempo de aborrecer? No debemos aborrecer a la gente mala, sino aborrecer lo que hacen. También debemos aborrecer que maltraten a la gente, que los niños se estén muriendo de hambre y que se deshonre a Dios. Además, debemos aborrecer el pecado en nuestra vida. Esta es una actitud de Dios (véase salmo 5:5).
3.9-13 El que usted disfrute su trabajo depende en gran manera de su actitud. El trabajo se vuelve pesado cuando uno pierde el sentido del propósito que Dios tiene con él.
Podemos disfrutar de nuestro trabajo si:
(1) recordamos que Dios nos ha dado trabajo y nos ha capacitado para llevar a cabo ciertas tareas (3.10)
(2) nos damos cuenta de que el fruto de nuestro trabajo es un regalo que proviene de Dios (3.13). Vea su trabajo como una forma de servir al Señor. 3.11 Dios "ha puesto eternidad en el corazón de ellos" significa que nunca podremos estar completamente satisfechos con los placeres y logros terrenales.
Debido a que Dios nos ha creado a su imagen:
(1) tenemos ansias espirituales
(2) valores eternos,
(3) nada que no sea el Dios eterno puede satisfacernos verdaderamente. Él ha puesto en nosotros añoranza por ese mundo perfecto que sólo se halla bajo su gobierno perfecto. Nos ha permitido vislumbrar la perfección de su creación, pero sólo en un débil resplandor. No podemos ver el futuro ni comprender todas las cosas. De modo que debemos confiar en El ahora y realizar aquí el trabajo que nos corresponde.
3.12 Ser feliz y hacer el bien mientras vivimos son metas dignas para la vida, pero podemos ir tras ellas de manera equivocada. Dios quiere que disfrutemos la vida. Cuando tenemos el mismo punto de vista de Dios, descubrimos que el verdadero placer se encuentra en disfrutar lo que tenemos como regalo de Dios, no en lo que acumulamos.
3.14 ¿Cuál es el propósito de la vida? Es llegar a temer al Dios todopoderoso. Temer a Dios significa respetar, estar delante de El en temor por lo que Él es. El propósito de la vida comienza con la persona que conocemos, no con lo que sabemos ni con lo buenos que somos. No podrá cumplir con el propósito que Dios le ha dado a menos que usted le tema y le dé el primer lugar en su vida.
3.16 Hay maldad en lugar de justicia. Esto incluso afecta al sistema legal. Salomón se preguntó cómo podía ser perfecto el plan de Dios cuando hay tanta injusticia y opresión en el mundo (4.1). Concluyó que Dios no pasa por alto la injusticia, sino que terminará con ella cuando llegue el momento que tiene señalado (12.13, 14).
3.16 Salomón reflexiona sobre varias aparentes contradicciones en cuanto al control que Dios tiene sobre el mundo:
(1) existe la impiedad donde debía haber justicia (3.16, 17)
(2) personas creadas a la imagen de Dios mueren como animales (3.18-21)
(3) nadie consuela a los oprimidos (4.1-3)
(4) demasiada gente está motivada por la envidia (4.4-6)
(5) la gente está sola (4.7-12)
(6) el reconocimiento por los logros es temporal (4.13-16). Es muy fácil utilizar esas contradicciones como excusas para no creer en Dios. Sin embargo, Salomón las utilizó para mostrar la forma en la que podemos mirar sinceramente los problemas de la vida y aun así mantener nuestra fe en Dios. Esta vida no es todo lo que hay, y aun así en esta vida no debemos juzgar a Dios porque no lo sabemos todo.
El plan de Dios es que vivamos para siempre con El. Por lo tanto viva con los valores eternos a la vista, y tome nota de que todas esas contradicciones serán aclaradas algún día por el Creador mismo (12.14).
3.19-22 Nuestros cuerpos no pueden vivir para siempre en el estado presente. En ese sentido, la humanidad y los animales son iguales. Sin embargo, Salomón reconoció que Dios ha dado al hombre la esperanza de la eternidad (véase la nota a 3.11), y que Dios nos juzgará en el más allá (3.17; 12.7, 14), lo que nos hace diferentes de las bestias.
Conclusion: Debido a que el hombre tiene la eternidad implantada en su corazón, tiene un propósito único en el plan general de Dios. Aun así, el propósito de Dios no lo podemos descubrir por nuestros propios esfuerzos, sino estableciendo una relación con El y buscando su dirección. ¿Está usted viviendo ahora como Dios quiere? ¿Ve la vida como un regalo divino?
Eclesiastés 4
Vv. 4-6. Salomón, toma nota de la fuente de problemas peculiares: a los bienhechores e incluye a todos los que trabajan con diligencia y cuyos esfuerzos son coronados con éxito. A menudo llegan a ser grandes y prósperos, pero esto despierta envidia y oposición. Otros, viendo las aflicciones de una vida activa, esperan neciamente más satisfacción de la pereza y del ocio. Pero el ser ocioso es pecado que, en sí mismo, es su castigo. Por medio de una actividad honesta tomemos un puñado, para que no nos falte lo necesario, pero no tomemos a manos llenas, porque eso sólo crearía aflicción de espíritu. Los dolores y las ganancias moderadas son lo mejor.
Vv. 7, 8. Mientras más tienen los hombres: suelen desear más, y en esto ponen tanto esfuerzo que no disfrutan lo que ya tienen. El egoísmo es la causa de este mal. El hombre egoísta no se interesa en nadie; no hay de quien cuidar, sino de sí mismo, pero escasamente se permite el reposo necesario para sí y para la gente que emplea. Nunca piensa que tiene suficiente. Tiene suficiente para sus compromisos, para su familia, pero no tiene suficiente según su criterio.
Muchos están tan metidos en el mundo que, por ir en pos de éste, se privan a sí mismos, no sólo del favor de Dios y de la vida eterna, sino de los placeres de esta vida. Los parientes lejanos o los extraños que heredan la riqueza de un hombre así, nunca le agradecen. La codicia adquiere fuerzas con el tiempo y la costumbre; los hombres que hacen equilibrios al borde de la tumba se ponen más ambiciosos y avaros. ¡Sí, cuán a menudo vemos hombres que profesan ser seguidores de Aquel que, “aunque era rico por nosotros se hizo pobre”, y juntan ansiosamente dinero y lo guardan muy bien, disculpándose con las excusas comunes que hablan de la necesidad de cuidarse, y del peligro de la extravagancia!
Vv. 9-12. Seguro, que tiene más satisfacción en la vida: el que trabaja duro para mantener a los que ama, que el avaro en su trabajo. En todas las cosas la unión tiende al éxito y a la seguridad, pero por sobre todo, la unión de los cristianos. Ellos se asisten unos a otros exhortándose o reprendiéndose amistosamente. Dan calor a los corazones uno al otro, mientras juntos hablan del amor de Cristo, o se unen para cantar sus alabanzas. Entonces, mejoremos nuestras oportunidades de comunión cristiana. En estas cosas no todo es vanidad aunque habrá algo de eso en la medida que estemos bajo el sol. Donde haya dos estrechamente unidos en santo amor y comunión, Cristo vendrá a ellos por su Espíritu; entonces, hay un cordón triple.
Vv. 13-16. La gente nunca está cómoda y satisfecha por largo tiempo; son aficionados al cambio. Esto no es novedad. Los príncipes se ven tratados a la ligera por aquellos a quienes habían pensado obligar haciéndoles favores; esto es vanidad y aflicción de espíritu. Pero los siervos dispuestos del Señor Jesús, nuestro Rey, se regocijan solo en Él, y le amarán más y más por toda la eternidad