Estudio acerca de la vigilia

Estudio acerca de la vigilia

 

 

Estudio referente a la vigilia

Por Pastora Jeanette Roman

 

 

Vigilar, es la acción de estar despierto o en vela. Una actividad nocturna donde se clama se ora, se alaba y algunos hacen las vísperas de las fiestas.

Un tiempo de espera y preparación para ciertas celebraciones de la iglesia.

 

En tiempo de persecución los cristianos, solo podían orar y alabar a Dios en las sombras ejemplo: Los prisioneros cristianos en los calabozos romanos hacían actividades para profesar su fe en Jesús. Se relaciona el origen de las vigilias con varias actividades del cristianismo primitivo, se encontraba entre congregaciones judías, profesaban la palabra del Señor, se encargaban de alabarlo en la oscuridad, el Salmo 119:62 se registra: A medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios, o sea a darte gracias por tus justas sentencias.

(1era vigilia 6-9 p.m./2da vigilia 9-12 p.m./3ra vigilia 12-3 a.m./4ta vigilia 3-6 a.m.) Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba. Mr. 1:35/Lc. 5:16.

 

Tema central: la preparación como discípulos, para la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo desde los cielos. Esto implica que el llamado de Jesús a sus discípulos es, a no bajar la guardia, a velar y más cuando estamos en un mundo que trata de seducir constantemente a los cristianos para volver atrás, sometiéndolos otra vez a esclavitud.

En los vers. 35-36 ceñidos nuestros lomos y las lámparas encendidas para cuando llegue el señor de la casa- es señal de estar preparados con nuestro ropaje ajustado y listos como para un viaje para recibir a nuestro Señor y las lámparas encendidas, significan la necesidad de preparación en consagración y obediencia dando el fruto que Dios quiere, así como las lámparas encendidas de las vírgenes sensatas de la parábola de las diez vírgenes estaban preparadas, no dormidas, ni distraídas, sino con la lámpara y suficiente aceite (parábola de las diez vírgenes Mateo 25:1-13).

En el vers. 37: llama a sus siervos bienaventurados- es decir, dando sus frutos y confesando el evangelio del reino, siendo fieles al Señor, no fornicando con otros dioses: ese dios puede ser: el amor al dinero, pues se convierte en idolatría (Colosenses 3:5). Y se habla que el señor se ceñirá y nos sentaremos en la mesa y nos servirá. Esto no debemos confundirlo, sino entenderlo en el ámbito espiritual. Pues el Señor Jesucristo lo hizo con los apóstoles como está descrito en Juan 13:1-20, pero vemos específicamente en Juan 13:15-17 “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis”.

En el vers. 38: se repite la palabra bienaventurados, aquellos siervos que, aunque venga en la segunda o tercera vigilia los encuentre así. Los judíos dividen la noche en tres vigilias, y posiblemente (llega en la segunda), pues en la primera aún se desarrollaba la boda.

En el vers. 39: nos habla que debemos estar preparados, así como ese padre de familia que no sabe a qué hora de la noche llegaría un ladrón, entonces velaría, no sabemos ni el día ni la hora, pero se nos llama a vigilar constantemente.  

En el vers. 40: “estad preparados”, este llamado lo encontramos en diferentes lugares, se nos advierte que velemos, para que no nos encuentren dormidos o distraídos, así como lo encontramos en Mateo 24:36 “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”, también en: Lucas 21:34-35

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.

Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra” Es un llamado muy directo y sincero a no descuidar esta salvación tan grande, que prestemos más atención al mensaje que hemos oído, no sea que nos extraviemos (Hebreos 2:1).

¿Estás preparado para encontrarte con Jesús? ¿Has hecho la preparación espiritual necesaria?