Que nuestro Padre celestial esté de nuestra parte, no quiere decir que no nos alcanzarán las tormentas de la vida, sino que Él estará con nosotros durante esas tormentas. El que ha puesto su confianza en Dios sabe muy bien que hay más seguridad junto a Cristo durante el peligro que la que hay durante los momentos de paz y tranquilidad. Solo un necio podria poner su confianza en las arenas movedizas. La única confianza que no defrauda es la que se pone en la Roca inconmovible que es Cristo Jesús.
Los discipulos de Cristo deben perder la confianza en sí mismos y seguir antes de poder continuar hasta el final de su jornada. Primero deben experimentar la presencia del Señor en cada paso de su peregrinación, su Presencia constante. Entonces ¿Porque hemos de temer a la tempestad? ¿Porqué nos aturde las tormentas de la vida?
Oración: Padre celestial ayudanos a confiar en tu Hijo amado Jesús en los momentos dificiles, ayudanos a no confiar en nosotros sino, depositar nuestra confianza en tí. amén.
Mis cimientos están puestos en Jesús.....